domingo, 9 de noviembre de 2008

EATIC.



La informática lleva asociado un aspecto que resulta bastante inquietante, que preocupa a los que ya se han familiariazado con este mundo, pero mucho más, a aquellos que todavía no lo han hecho.
La velocidad con que cambia el hardware y el software puede llevarnos a la idea de que lo que estoy aprendiendo hoy, mañana ya no va a servir. A pesar de la rápida evolución de la tecnología, esta idea no es sostenible y no puede mantenerse como supuesto teórico.
Son muchos los productos y aplicaciones interesantes para el ámbito educativo, por ello no siempre resulta fácil saber elegir e identificar los más interesantes, los que mejor se ajustan a nuestros objetivos. El problema más frecuente de la selección es que debe ser realizada sin tener la oportunidad de ver a los alumnos utilizando el material en un contexto real. Los profesores deben basarse en su experiencia personal para poder anticipar el efecto de un determinado producto en sus alumnos.
En primer lugar se debe destacar la noción de la cada vez más amplia distribución de la información, ante la cual el docente (Salinas, 2000) deja de ser contenedor y transmisor de la misma para pasar a ser facilitador del proceso educativo y además el libro de texto deja de ser la fuente principal y paradigmática del conocimiento válido, pues en un mundo lleno de información accesible es mucho más relevante remarcar la importancia de la selección de información y la triangulación de la misma desde las diferentes fuentes a las que accedemos.
En segundo lugar es interesante notar que los modelos de comunicación unidireccional y de interacción únicamente profesor-alumno, que siguen siendo los más abundantes en nuestra educación formal, se quedan muy cortos ante el enorme abanico de posibilidades que nos abren los cientos de herramientas que nos ofrece la red para “hablar” y comunicarnos. Los modelos de tutoría, debate, o simple diálogo se abren al educador con un gran catálogo de opciones para ser usadas en casi cualquier momento y lugar y con diversas repercusiones en eso que llamamos “aula” y que cada vez tiene menos necesidad de estar delimitada por unas paredes para ser considerada realmente como “entorno de enseñanza-aprendizaje”.



Dice el profesor Francisco Martínez (2007) que una de las principales características de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación es que son de propósito general, o lo que es lo mismo, que en realidad no han sido creadas para responder a un único problema específico, sino que nos ofrecen una serie de posibilidades tan amplia que en realidad dependerá de nosotros mismos y de nuestra capacidad de elegir el camino de comunicación que pretendemos recorrer, el uso que tendrán cada una de ellas.
Existen dos aspectos importantes para que el uso del ordenador en la enseñanza sea exitoso. En primer lugar, los profesores deben planificar la ejecución y hacerla coherente a su práctica habitual y, en segundo lugar, los alumnos deben tener claros los resultados del aprendizaje. Ambos aspectos sólo pueden llevarse a cabo cuando los profesores tienen a su abasto un software de calidad.
La apropiación del ordenador en la enseñanza es compleja y supone, especialmente para el profesorado, el aprendizaje de nuevas estrategias de enseñanza y el olvido de algunas viejas. La implementación puede ser concebida como un proceso de aprendizaje del profesor pero es, sobre todo, un cambio de creencias y actitudes.
Parece deseable que el desarrollo del software educativo y los materiales de soporte surjan de la propia práctica, es decir, de los propios profesores. La especificación de estos materiales didácticos deberían contener los siguientes aspectos:

Características generales de los contenidos y procedimientos que se pueden trabajar sobre la base de los objetivos, contenido, tiempo, sugerencias para detectar efectos de aprendizaje, etcétera.
• Información sobre los conocimientos previos necesarios para utilizar el programa.
• Para cada práctica u actividad sugerida deberían señalarse: los objetivos, contenidos, método de trabajo, temporización y formas de evaluación.

Los docentes nos preguntamos cómo vamos a evaluar a nuestros estudiantes a través de las redes sin saber si son ellos o no lo son, o cómo les podemos permitir hacer un examen en las computadoras si con ellas pueden “encontrar” las respuestas o hacerlas en grupo. Los estudiantes se quejan de un infrauso de las TIC en la escuela, pero además de que las pocas actividades que se llevan a cabo no van más allá de “buscar” o “abrir” en ejercicios demasiado amplios y poco definidos, además de que las actividades son tremendamente directivas y dejan poco margen de acción autónoma por parte del alumno (Kent & Facer, 2004).
Va siendo hora de que nos repensemos los términos en los que entendemos el aprendizaje y con él la enseñanza, debemos incorporar a dichos conceptos inteligencia colectiva, creación y reinterpretación colectiva de la información, interpretación y utilización de flujos de datos y de trabajo, entendiendo que nuestros estudiantes se mueven cada vez más en un mundo donde todo aquello es un aditamento más, casi ineludible. Y en esta tarea nos pueden ayudar las tecnologías.
Hoy las instituciones educativas, en un escenario de integración entre los medios de comunicación masiva, los sistemas informatizados y las comunicaciones mediadas por computadora, tienen una función integradora de las TICs en los procesos de enseñanza – aprendizaje.
Chis Dede (2000) expresa una visión en donde muestra que resulta inedudible incorporar esta influencia a la tarea docente:

Lo que nos importa es el empleo de los nuevos medios como una vía eficaz para alcanzar los objetivos educacionales del siglo XXI a través de diversos esfuerzos de colaboración y participación en el aprendizaje. La evolución impulsada por la tecnología de una economía global basada en el conocimiento requiere algo más que un adiestramiento práctico para el trabajo y para la vida en sociedad. Como docentes nuestra tarea es preparar a los alumnos para desempeñarse en una futura civilización caracterizada por el gran avance que ha experimentado la Tecnología desde la Revolución Industrial, hace dos siglos. La clave para responder a este desafío es facilitar a los alumnos la adquisición de un conocimiento complejo”.

De este modo, puesto que el conocimiento hoy se presenta de formas muy diferentes, obliga a reconfigurar la totalidad de procesos implicados en la enseñanza y el aprendizaje. Estos replanteos, ya de orden pedagógico - didáctico, conducen hacia una mirada crítica de lo que hasta ahora se conocía como parámetros generales del rol docente, así como se ha modificado sustantivamente el perfil de los alumnos. Ya no se trata de oyentes / repetidores sino de personas que acceden a un gran cúmulo de información y comunicación y reclaman estrategias para abordarla.

Los procesos de comprensión y otorgamiento de significatividad se vuelven el centro de la actividad pedagógica.
Resulta claro entonces que la incidencia de las TICs reconfiguran los roles y las relaciones en el aula así como que cambia la concepción respecto del conocimiento. Pero también es importante reconocer que de acuerdo con el lugar que sele otorgue a las TICs en los contextos pedagógicos se podrán obtener configuraciones bien diferentes de enseñanza y aprendizaje.

No hay comentarios: