domingo, 9 de noviembre de 2008

TCC



Las potencialidades educativas de las redes informáticas obligar a replantear en profundidad tanto la dimensión individual como colectiva de los procesos de enseñanza – aprendizaje, los ritmos o tiempos de aprendizaje, las nuevas formas de estructurar la información para la construcción de conocimiento, así como las tareas y competencias docentes.
Se sabe que los medios tecnológicos inciden en nuestras vidas, y lo hacen también en la forma en que aprendemos, pero será necesario controlar sus objetivos para lograr una educación democratizadora en la que circule la información rompiendo el control que las autoridades académicas tradicionalmente cerradas ejercían sobre ella.
Las características de las TICs y los procesos para integrarlas en la educación han sido relacionados con la idea de que su prescencia debe ser interpretada como sinónimo de calidad educativa. La capacidad potencial de estas tecnologías para generar nuevos entornos de aprendizaje, adaptados a las características y niveles de las personas en formación aporta su carácter como mediadores en los procesos de aprendizaje e incluso sus posibilidades para modificar la interactividad generada.
Los entornos en los que se integran las TICs de una manera cotidiana permiten la creación de una comunidad de aprendizaje, en donde se interactúa, se colabora, se respeta y se crece en un intercambio permanente con otros.
Las condiciones que genera el impacto de la sociedad de la información obligan a revisar las intervenciones pedagógicas ante la necesidad de formar a los alumnos en capacidades tales como:

· La Resolución de Problemas.
· Las habilidades comunicativas en sentido amplio que permitan desenvolverse en una sociedad informacional.
· La habilidad de organizar y sistematizar información que cada vez se presenta en forma más globalizada.

Estas crecientes exigencias llevan a perfilar diferentes formas de aprender que superan el aprendizaje individual y aislado que ponen en el centro el papel de la colaboración y la cooperación entre pares.
Si se habla de aprendizajes colaborativos es menester hacerlo en el marco del impulso de una cultura colaborativa en la escuela.
Lo que resulta claro es que la cultura colaborativa implica un fuerte posicionamiento respecto de lo formativo e interpela de manera directa las relaciones entre el saber y el poder en el aula y en la escuela.
Hablar de aprendizaje colaborativo remite necesariamente a pensar la heterogeneidad en términos de puntos de vista y saberes diferentes que permiten arribar a nuevos saberes cualitativamente mejores y construidos necesariamente con los aportes de todo el grupo que colabora.
Al establecer una relación entre los cambios tecnológicos y el aprendizaje colaborativo tenemos:

1. La relación con un entorno digital de carácter global, representado en la red de redes, Internet, donde no existen barreras culturales ni idiomáticas y cuyas características de instantaneidad e interactividad la hacen muy atractiva. Se habla de un nuevo entorno electrónico de aprendizaje, que antes no existía, y que pone en red simultáneamente a millones de personas, sin considerar distancias, ni importar su lugar de residencia. Esto implica que la red y las TICs , son un contexto concreto en el que puede articularse el carácter colaborativo del aprendizaje.
2. Considerar que el entorno de aprendizaje electrónico reúne características que son especialmente poderosas para la colaboración, tales como su: interactividad, ubicuidad, y sincronismo.
3. Las teorías del aprendizaje del siglo XX acentuaron el conocimiento individual, por sobre el social. A fines del siglo pasado, el enfoque sociocultural valorizó lo social como complemento al proceso cognitivo personalizado de cada individuo.

Un buen proceso colaborativo cuenta con que los estudiantes pueden expresar, compartir, discutir y confrontar sus conocimientos previos, sus investigaciones y sus dudas en tanto el docente retoma lo trabajado y lo relaciona con la disciplina y su aplicabilidad.
El trabajo colaborativo mediado a través de un entorno virtual, ofrece algunas ventajas, entre ellas:

· Aumenta las destrezas de comunicación a través de la expresión esscrita.
· Aumenta el rendimiento académico.
· Mejora las habilidades sociales.
· Se incrementa el rol social del aprendizaje como producto de la interacción entre las personas, tanto de forma individual y colectiva como con los materiales de enseñanza y los ambientes donde el aprendizaje se produce.
· Cambia la lógica del tiempo y la estructuración del saber.
· Deja de lado la linealidad del conocimiento, por la utilización de redes conceptuales, y deja que los saberes vayan dándose sin la atadura de tiempo, sino como saberes múltiples, impredecibles y diversos.
· Mejora la organización, flexibiliza, da rapidez al acceso de la información y esto en un ambiente cómodo para el alumno, en donde el aprendizaje no esté sujeto a una sola fuente, sino a todas las existentes, que aporten a la adquisición de destrezas y pensamientos abiertos.


Para ello es necesario redefinir constantemente el rol de tutorías y ayudas al alumno, para facilitar su proceso de aprendizaje, su autoevaluación y metacognición, así como también su relación con pares y con recursos.
Se trata de tejer el desarrollo en torno de la gente y no al revés, saber apostar, renovar, establecer ritmos y direcciones al desarrollo, estos son objetivos claves para el desarrollo del trabajo colaborativo con tecnologías.

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